Las fosas del pasado – Canal Sur Web

En el periódico se publica hoy un reportaje sobre la fosa en la que puede estar enterrado Federico García Lorca. La fotografía, que capta la imagen dura de los cadáveres de otros ejecutados en el cementerio de Málaga, impresiona a mi hija Elisa. Hablamos de la barbarie de las guerras, y yo le explico que la crueldad de Franco fue mucho más allá de la guerra. Ya vencedor, después de imponer su golpe de Estado con la ayuda de Hitler y Mussolini, siguió matando de manera despiadada hasta poco antes de morirse. Pocas veces se ha vivido en la historia del mundo un régimen tan cruel.

Sigue leyendo en Canal Sur Web – 05-10-09

2 Comments

  1. federico jovine bermudez el 16 octubre 2009 a las 09:29

    Durante la reciente visita del poeta Luis García Montero a Santo Domingo, tuvimos la oportunidad de conocerle y de participar en un diálogo en el cual nos expuso descarnadamente lo acontecido a Federico García Lorca y a Granada durante la locura del facismo franquista. Lo expuesto por el joven maestro confirma casi en su totalidad la información que nos fuera ofrecida por el Prof. Claude Couffon, en torno al caso. España tiene la suerte de poseer a un poeta diáfano y sencillo, como el sol y como el agua que desde siempre fluye para remediar la oscuridad de la agrafía, y saciar la sed del entendimiento. !Viva la poesía!



  2. Pablo Alcázar el 19 octubre 2009 a las 04:58

    La víctimas son muy sacrificadas
    El disponer de referencias literarias clásicas no es bueno siempre. Su prestigio te obliga a no despegarte demasiado de ellas. La familia de Federico García Lorca, sus sobrinos, parecen estar reproduciendo algún pasaje del Mercader de Venecia. Admiten que se exhumen los restos de las víctimas de la represión derechista en la Guerra Civil enterradas con su tío, en Alfacar, pero no les gusta que se remuevan los de Federico. Una exigencia tan difícil de satisfacer como la que plantea en la obra de Shakespeare, Porcia, la defensora del Mercader, al judío Shylock: le autoriza a cortar al mercader veneciano la libra de carne -ni un gramo de más ni un gramo de menos- que estipula su acuerdo con Antonio, no sin advertirle de que no puede verter ni una sola gota de su sangre.
    Tampoco lo van a tener fácil los que van a abrir las tumbas granadinas. Eso es lo malo que tienen las víctimas de las guerras, que mueren en masa y no pueden ser enterradas convenientemente en sepulturas individuales. Los enterradores las hacinan en fosas comunes y allí el tiempo revuelve y confunde sus huesos. Incluso con la tecnología más avanzada, va a ser difícil distinguir los restos de Lorca, si es que están enterrados en ese lugar, de los de sus compañeros de suplicio. Quizá la familia sufra por esta mezcolanza, pero las víctimas lo aguantan todo, hasta los errores de los vivos: son muy sufridas.