Conservadores patrios

Los vientos mueven las dunas y los días soplan como un mago sobre el paisaje de las playas. Todo aparece y desaparece en la chistera de la realidad. Había bajado a nadar un poco, pero me sorprendió el espectáculo de la arena que brillaba como el albero en una tarde de toros. En un ruedo junto al mar, cientos de sombrillas y muchas mesas de trabajo. Hombres y mujeres en bañador, con un maletín en una mano y una muleta en la otra, hablaban de donaciones, contrapartidas, financiaciones, votos, cargos y euros, mientras le daban un pase de pecho al pudor democrático de Madrid. Y todo el mundo se reía.

Seguir leyendo en Publico.es – 16 agosto 2010