Escuela y democracia

La educación segregada, la separación escolar de los niños y las niñas, es discriminatoria, trasnochada por lo que se refiere a las costumbres españolas y nociva desde un punto de vista pedagógico. Por eso queda fuera del espíritu actual marcado por las leyes de la nación y por eso el Tribunal Supremo ve improcedente que el dinero público subvencione colegios dispuestos a mantener unos hábitos que favorecen la desigualdad entre los hombres y las mujeres.

Seguir leyendo en Público.es – 23 agosto 2012

2 Comments

  1. rafa el 24 agosto 2012 a las 11:44

    Luego vendrán los ejercicios espirituales, cantar el «cara al sol» en el patio del colegio, y algunas cosas mas que no quiero recordar de mi infancia, y que no deseo para los niños del siglo XXI



  2. Carmenlou el 24 agosto 2012 a las 14:48

    Por mi experiencia de muchos años en la Escuela Pública, más toda la teoría que he llegado a manejar a lo largo de ellos… me atrevo a opinar sobre la segregación, cualquier tipo de segregación…en sentido negativo. En este tiempo ha habido experimentos diversos, de segregación directa, e indirecta (como utilizar las optativas o las aulas bilingües de “coartada” para disimular decisiones no correctas públicamente). En todos los casos que conozco los resultados fueron más que lamentables. Metafóricamente sería como estar hablando de monocultivos de transgénicos o de cruces de animales de pura raza, que acaban siendo cada vez menos fuertes , cuando no absolutamente estériles…algo parecido ocurre en el mundo de las relaciones y las ideas: difícilmente podremos dialogar o aprender algo de quien es igual que nosotros. Lo que nos reta es la diferencia, el conflicto cognitivo entre el yo y lo otro.
    Por esta razón, en muchos centros públicos apostamos por la heterogeneidad de los grupos, de tal manera que incluso rechazamos el orden alfabético en su formación (el azar puede jugar a veces mala pasadas). Practicamos una heterogeneidad calculada procurando que en todos los grupos haya una representación proporcionada de chicos y chicas, alumnado inmigrante, variedad de rendimiento académico, número de repetidores…o cualquier otra variable que incida en el escoramiento de la diversidad.