Hay que tomar el Congreso

La represión policial de los ciudadanos es siempre un síntoma del fracaso de la política. Ya sea porque la autoridad quiera silenciar la rebeldía a través de la fuerza, ya sea porque los ciudadanos opten por una violencia que propicie la acción policial, el naufragio de la política queda reflejado en las sirenas, los botes de humo, las palizas, las piedras y el miedo callejero.

Seguir leyendo en Publico.es – 27 septiembre 2012