De plomo las calaveras – Publico.es

Los hechos son tozudos. Los desechos también. Las fronteras son un lugar en el que los hechos y los desechos exigen una observación meticulosa. Las fronteras pueden convertir a una persona en un desecho, en residuo, basura, objeto inadmisible que merece ser tratado con desprecio y vilipendio. El mar y las tormentas matan porque la naturaleza desatada es peligrosa. Las fronteras no son espacios naturales, pero matan con frecuencia porque las sociedades, los países, los papeles, se desatan y actúan sin compasión. Las fronteras son un laboratorio en el que el poder experimenta con los que llegan de fuera el trato que tiene reservado para los de dentro. En algunas pruebas de laboratorio se sacan conclusiones desoladoras: hay quienes fundan la ley en el desprecio al ser humano, a sus dolores y sus debilidades.

Seguir leyendo en Publico.es – 13 febrero 2014