11 Comments

  1. Capitán Argüello el 2 noviembre 2014 a las 12:14

    El problema es la educación escolar. ¡Claro que los poetas deben escribir para los poetas! Para los poetas que todos llevamos dentro, para los poetas que debimos ser descubiertos en la EGB (un poné). Qué maravillosos eran los comentarios de texto, qué descubrimientos hacíamos entre líneas unos mocosos de 11 años. ¡Nunca hubo un comentario libre de un poema! Da a un niño un poema surrealista, un cuadro de Picasso, eso sí que es un juego recreativo. La música, la buena música ha de hacerse para los músicos, igualmente. Dirige la audición de la pieza más compleja, descubre con el niño las apariciones de los distintos instrumentos, identifícalos si quieres con los colores o con cierta fauna marina, según sean la melodía o los efectos. ¡Alucinaremos ellos y nosotros! ¿No es así la mejor forma de enseñar a distinguir el gato de la liebre en el futuro? Gracias Luis por estar ahí.



  2. Oscar el 2 noviembre 2014 a las 13:25

    Me parece coherente esa reflexión (queja y dardo), pienso que en general, el poeta ha buscando más el parabien de sus «compañeros de armas» (no sé si cargadas más de pasado que de presente y futuro como diría Cernuda), que de acercarse a la gente, a sus inquietudes, sentimientos y zozobras (anímicas y emocionales). Llegando al corazón se pueden conquistar Nuevas Troyas, lo contrario es encontrar un eco y un vacío terrible.

    Yo me esfuerzo por hacerlo desde mi humilde reducto.

    Gracias por «concienciar»..



    • lgmontero1958 el 2 noviembre 2014 a las 15:16

      Gracias por el comentario, un abrazo.



  3. Capitán Argüello el 2 noviembre 2014 a las 17:04

    ¿Poesía social a estas alturas? Me parece un debate superadísimo ya desde los años 50. Da gusto leer a Gil de Biedma y Barral sobre este asunto ( «La escuela de Barcelona», Carmen Rigalt). Pero yo hice un comentario a las 12 y pico y después de estar en proceso de moderación, parece haberse extinguido. Una lástima, creo que era bastante práctica la idea y sobre todo ilusionadora. «Qui lo sa»



    • lgmontero1958 el 2 noviembre 2014 a las 23:48

      Hola Capitán, conozco bien el libro de Carmen RIERA, y he estudiado las polémicas de los años 50 entre la comunicación y el conocimiento. No se trata de volver a la poesía social, aunque no olvides que hubo también buena poesía social. Mis maestros, Jaime Gil de Biedma y Barral entre ellos, escribieron buena poesía política y no política. Creo que el debate que propongo está en otro sitio, porque el peligro de la tecnocracia afecta tanto a la poesía no política como a la política. Valente también habló de eso. No he debido explicarme
      Luis



      • Capitán Argüello el 3 noviembre 2014 a las 12:07

        Hola Luis, si te endendí y sí te explicaste bien. Es sobre mi post de las 12:14 que reivindiqué en el que me contestas y que no había aparecido aún donde yo intentaba dar la solución a un debate que sería innecesario si se diese la utopía. ¿quién necesita puentes si puede volar? En realidad es este el comentario que quería que provocase tu reflexión y reconozco que el segundo está un poco cargado en el tono al comprobar que otros se habían adelantado y no precisamente por orden cronológico. Ya ves como están las sensibilidades en materia de igualdad. Disculpa si te he incomodado no obstante y ten por seguro que sé de las dos obras tuyas de ensayo sobre esos poetas referidos y que tengo pendiente de lectura. Pero recuerda que RIGALT recogió sentencias como esta: «Poesía como forma de conocimiento y no como forma de comunicación» por sintetizar algo escrito más adelante y más profundo:»… todo ello implica la existencia de una serie de fantasmas teóricos: el mensaje, la comunicación, la asequibilidad a la mayoría, temas de nuestro tiempo que coartan la vocación creativa…la teoría de poesía como comunicación, constituye cuando se formula científicamente una simplificación peligrosa del proceso y del hecho poético, simplificación que desconoce la autonomía del momento creativo en el que nace un estado psíquico determinante del poema (de tal modo que nada impida que el poeta lo descubra en el poema mismo) y que prescinde de un tipo de poesía que exige del lector un proceso de acercamiento al poema, al que ha de cargar de sentido a costa de su propio mundo interior».



        • Luis García Montero el 3 noviembre 2014 a las 23:10

          Hola, capitán. Perdona la falta de reflejos en el blog y la falta de orden cronológico. El amigo que lo lleva (o yo, cuando puedo) no somos muy regulares a la hora de entrar en los mensajes. No te preocupes, no me molestó tu menaje y no percibí una intención que estuviese fuera de lugar.
          Supongo que te refieres a Carme Riera, no a Carmen Rigalt, que no creo que haya escrito nunca nada sobre poesía. Los estudios de Carme los conozco bien, y he sido siempre, desde los 80, partidario de la poesía como comunicación. Soy discípulo de esos maestros.
          Abrazos



          • Capitán Argüello el 5 noviembre 2014 a las 19:21

            Glups! Lapsus y no sé por qué. No he leído nada de RIGALT, a pesar de haberla visto mucho en los medios, qué remedio. ¡Claro que es RIERA ! cuyo estudio de la Poética de Barral tengo también delante. En cualquier caso no te veo muy interesado en la cuestión «poesía como conocimiento», optando de nuevo por la Comunicación (¿quizás mejor información?). Casualmente he leído hoy con retraso unas reseñas de cinco ejemplos de poesía en la tesitura en la que andas y que es muy explícita y oportuna. Manuel Rico titula «la poesía y la crisis» a la invitación a leer a ENRIQUE FALCóN, ANA PÉREZ CAÑAMARES,JESÚS BONILLA, SILVIA NIEVA Y VIKTOR GÓMEZ, autor éste de «Pobreza» ( Calambur, 2013 ) que me parece el más sugerente Tal vez porque Rico dice que «indaga en los límites del idioma en una lírica experimental» Ya ves, soy incorregible. Pero dejo también las líneas entresacadas por el escritor y periodista del libro de Bonilla «Comida para perros» sobre el 15 M y la «confusión por la que las clases desfavorecidas se identifican en la calle con las dominantes; son los perros»:
            «Tu perro confunde a sus vecinos, ladra a la tercera edad; a la vecina de enfrente, a su hijo parapléjico».
            Un puñetazo en el estómago, sin duda. Y muy comunicativo también. Un afectuoso saludo.



  4. Joaquín Brotóns el 3 noviembre 2014 a las 08:17

    Hola Luis: Mi más sincera enhorabuena por tu espléndido artículo «Poetas, políticos, la gente…», que me parece magnífico y actual. Un abrazo de tu viejo amigo, Joaquín Brotóns, en Valdepeñas.



    • Luis García Montero el 3 noviembre 2014 a las 23:10

      Gracias, mi querido Joaquín. Siempre mi abrazo y mi vieja amistad.
      Luis



  5. BK el 4 noviembre 2014 a las 05:20

    La gente normal (yo soy normal, nada intelectual, pero sí un poco maruja y un poco friki) leemos poca poesía porque se necesita mucho tiempo para hacerlo. Estamos acostumbrados a la urgencia. Leer una frase, entenderla, pasar a otra; sin la necesidad de pararnos a pensar. Con la poesía no se puede hacer eso. (Al menos, éste es mi parecer).