Valle-Inclán

Uno lo oye todavía opinar en los cafés y utilizar mucho la palabra mentecato.

Toda vida es una obra de ficción, un conjunto de invenciones que se teje con los hilos de la realidad. Somos y nos interpretamos, pensamos y construimos un mundo con nuestras ideas,recordamos y convertimos la memoria en una negociación con lo posible, sentimos y edificamos un teatro de pensamientos y recuerdos para darnos sentidos.

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3 Comments

  1. Jose Cancio el 29 junio 2015 a las 18:53

    La biografía se presenta más que interesante para abordarla en período vacacional y continuarla después poco a poco, dada su enorme extensión. Por lo que Luis nos adelanta, tal vez descubramos en Valle aspectos inconfesables o simplemente sorprendentes, como nos ocurrió, por ejemplo, con la actitud ética durante la guerra de plumas tan veneradas como Alberti, Juan Ramón o Neruda.

    Pero quiero destacar, porque me ha llamado muchísimo la atención, que el título sea precisamente «La espada y la palabra», cuando hace unos años Javier Marías nos regaló «Fiebre y lanza» como primer volumen de su trilogía Tu rostro mañana, y anteriormente Trapiello había publicado su impagable «Las armas y las letras». Parece que los escritores piensan más en belicismo que en pacifismo, a no ser que Manuel Alberca haya decidido homenajear sin tapujos a Trapiello, pues entre «La espada y la palabra», y «Las armas y las letras», la diferencia es una brisa tomando una caña.



  2. Antonio Espejo Trenas el 30 junio 2015 a las 20:11

    Estimado señor García Montero:

    Tras la lectura de su crítica acerca del libro, hay varios elementos que son susceptibles de análisis. Ante todo, y a pesar de la tesis que usted indica al final de su artículo, creo que el objetivo primordial de Alberca con su biografía es apuntalar una visión decididamente tergiversada de la vida de Valle-Inclán (ultramontano, de la cuna a la tumba), algo que ya quiso hacer Melchor Fernández Almagro en los años cuarenta y en lo que anda empeñado en la actualidad uno de los herederos de don Ramón.

    ¿Razones? Fundamentalmente aquellas que pasan por el más abyecto revisionismo de nuestra historia literaria y por el negocio de los libros. En mi opinión, reivindicar la figura de don Ramón como la de un intelectual independiente y republicano (que es lo que fue) se aleja del empeño de todos aquellos que cuentan con el favor de los grandes sellos. No sólo Tusquets, sino también Espasa-Calpe (grupo Planeta), que detenta los derechos de autor de Valle hasta el año que viene. Conviene, por tanto, ofrecer una imagen del escritor acomodada a estos tiempos de desmemoria y medianía. Y si además contamos con que dentro de poco hay una doble efeméride valleinclaniana, el premio de Alberca es más que merecido.

    Sé que es difícil, en muchas ocasiones, analizar con ecuanimidad la publicación de un texto, pero resulta más triste que el eco de las vicisitudes de un autor tan revolucionario como Valle-Inclán quede enterrada entre tanto interés vergonzante. Hay muchos trabajos de otros investigadores (les recomiendo los libros de los profesores de la Universidade de Santiago Javier Serrano Alonso y Amparo de Juan Bolufer, así como los de Javier del Valle-Inclán Alsina) que se alejan de esta estrategia mercantilista y estudian, con rigor y honestidad, todos estos valores.

    Muchas gracias y hasta pronto



    • lgmontero1958 el 30 junio 2015 a las 22:06

      Bueno, no conviene caer en ningún tipo de obsesión. Que Valle fue carlista convencido y tradicionalista durante años está claro. Así que yo me limito a decir que, además de ser un escritor revolucionario, mantuvo posiciones republicanas a partir de un momento y de forma continuada. Pero no creo que ni Alberca ni Tusquets formen parte de una trama revisionists. El catálogo de Tusquets no indica eso y creo que la biografía tampoco. Un abrazo republicano