2 Comments

  1. j.k. el 21 noviembre 2015 a las 20:56

    Querido Luis:
    No solo fue un placer escucharte el otro día en el CBA presentando Farándula, sino aún mayor, si cabe, leerte ahora con la sana envidia de un modesto escritor. Si algo lamento (con tu permiso), es que tus encendidas palabras no surjan de un corazón cristiano, pues dudo mucho que alguien de ese equipo las exponga con más poético fervor. A veces, y perdona otra vez, cuesta trabajo comprender ese empeño vuestro por hacer gala del descreimiento absoluto, mezclando religión con las innumerables torpezas de la iglesia, como si la condición del intelectual y el artista estuviera siempre en clara contraposición con la proximidad a un sentimiento humilde que millones de seres humanos, ajenos al poder y sus prebendas, han decidido para sus vidas durante veinte siglos.
    Y lo curioso es que se ha desechado cualquier atisbo de dogma para abrazar algo tan chabacano e insustancial como lo políticamente correcto, catecismo dictado por no se sabe qué mentes lúcidas. Por cada burla a los diez mandamientos cristianos se podrían hacer dos de este espasmo que, como todos los espasmos, tiene acotada su fecha de caducidad. No hace falta pensar mucho para concluir que las banderas de hoy quedarán arrinconadas mañana. Pero lo oportuno es saberlo.
    Dicho esto, te reitero una vez más mi admiración, pues fui de los muchos que lamentaron la estulticia del electorado madrileño cuando decidió excluirte en mayo para colocar a personajes prosaicos de proyección nula.



    • lgmontero1958 el 22 noviembre 2015 a las 14:40

      Gracias, J.K., por tu comentario. Es verdad que carezco de corazón cristiano, pero respeto cualquier creencia personal. Mis declaraciones de descreimiento religioso suelo hacerlas para alejarme de las iglesias, no de las personas.
      Un abrazo