Las putas y los ingleses

La derecha y la izquierda comparten el diagnóstico del conflicto: la pobreza. Las diferencias están en el bando que escogen.

Hay versos que acompañan a lo largo de la vida. Uno los recuerda, los dice, los habita. A veces no se trata de una cuestión de calidad. El poeta César Vallejo es autor de versos definitivos, humanos, llenos de cálices y heraldos. El lenguaje se somete a la poesía verdadera a través de la sintaxis y de los adverbios. Y, sin embargo, las palabras suyas que regresan a mis labios con más empeño tienen mucho de ocurrencia ocasional. Así acaba el poema “Gleba”: “y, en fin, suelen decirse: allá, las putas, Luis Taboada, los ingleses; allá ellos, allá ellos, allá ellos!”.
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1 Comment

  1. j.k. el 23 febrero 2016 a las 23:51

    Querido Luis:
    Si me permites jugar con el título propondría «Los putos ingleses» u otro igual de prosaico, como «Las putadas inglesas». Lo digo por tu mención a la repugnante respuesta británica a la llamada de socorro enviada por la República española al principio de la contienda. Sigo pensando que mucha gente ignora la hipocresía con que Baldwin consideró oportuno redactar «El pacto de apaciguamiento» que involucró a un débil Leon Blum en Francia y contentó al amenazante Hitler. El bloqueo de la Navy en el Mediterráneo, impidiendo el paso a los barcos rusos y haciendo la vista gorda a los italianos remató la faena. Lo curioso es que la ignorancia de este deplorable episodio hace que aún hoy en día se hable con veneración y respeto de los aliados, asociándolos a la democracia, cuando tuvieron en sus manos la posibilidad de frenar la guerra. Poco les importábamos, desde luego, en medio de todo nosotros un país bárbaro.