La realidad es una paradoja

El silencio cobarde suele ser cómplice del imperio de las mentiras.

La realidad española está marcada por dos evidencias: resulta claro que hace falta cambiar muchas cosas y resulta claro que hay presiones muy fuertes para que no cambie nada. Necesitamos cambiar una inercia que ha desacreditado las instituciones públicas y ha provocado una desigualdad económica incompatible con la justicia social. Al mismo tiempo, sufrimos de forma obscena el espectáculo de unas élites que rompen sus propios límites en favor de asegurar la quietud en el fango. El choque de dos energías claras no duplica las claridades, sino que provoca confusiones y paradojas en la piel de la actualidad.
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