19. Noche de amor
El indio González Lobo, después de cruzar los mares y recorrer monasterios y salas palaciegas, había llegado a la Cámara Real acompañado por una enana. Allí vio a un monarca bobo, divirtiéndose con un monito. Y nada más. La noche anterior, para reponerse del viaje en la cama del hotel, Azaña había leído El Hechizado, ese cuento de Francisco Ayala sobre Carlos II. La última corona de los Habsburgo era un noble esperpento, un cuerpo vacío que facilitaba con su existencia inútil la retórica del Imperio, el poder de los linajes y de la jerarquía católica. ¿Cuál será la retórica que facilita ahora un rey?, se preguntó al dejar atrás el control de seguridad del palacio de Marivent, mientras caminaba hacia don Juan Carlos I.
Seguir leyendo en Publico.es – 16 agosto 2011