20. Una bella submarinista

Azaña descendió por unas escaleras labradas en las rocas. Según indicó la criada, una mujer de pelo blanco y amabilidad campesina, la señora estaba haciendo submarinismo. Iba a surgir en cualquier momento de las aguas y convenía esperarla en el muelle natural que formaba un pequeño arrecife.

Seguir leyendo en Publico.es – 17 agosto 2011