El país, con la democracia real

Los últimos días del año, entre aplausos y lágrimas, nos invitan a una reflexión seria sobre la democracia. Las lágrimas suponen una expresión natural de las emociones humanas. El aplauso es un acto social de reconocimiento. Cuando lágrimas y aplausos suenan a hueco, hay algo que necesita ser discutido con sinceridad. Está en juego la degradación privada y pública de nuestra convivencia.

Seguir leyendo en Publico.es – 1 enero 2012

1 Comments

  1. Manuel L H el 5 enero 2012 a las 00:34

    Hay un contubernio político empresarial que no tiene un pase, urge desposeer a los que tengan un capital superior a 3 millones de euros, que donen la mitad de lo que tienen, la LEY de solidaridad obligatoria, de 1 a 3 desposeer el 30 % y si no llega para paliar el paro y la injusticia criminal , que a todas las cuentas corrientes se las quite un 10 % . Quien defraude esta ley a la cárcel. Saludos