Cataluña

La independencia de Cataluña es un asunto de los catalanes. La autodeterminación es un derecho de los pueblos y en una democracia existen mecanismos para articular las decisiones de los ciudadanos. Creo que en España y en Europa existe la madurez suficiente como para asumir un proceso de independencia sin que haya que soportar un conflicto bélico. Creo, además, que las identidades nacionales tienen hoy valor sentimental más que importancia real en una economía globalizada por la especulación, en la que el poder de los políticos se ha sometido a los intereses de los mercados financieros. Hoy ya no es verdad eso de que Cataluña necesita económicamente a España.

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4 Comments

  1. Carmenlou el 15 septiembre 2012 a las 12:43

    Gracias por seguir matizando y pensando tres veces antes de opinar.En un panorama caracterizado por la visceralización del blanco/negro, necesitamos lavados de cordura que nos permitan seguir caminando con los ojos abiertos y la mente serena.



  2. Luis García Montero el 15 septiembre 2012 a las 18:35

    gracias, Carmenlou



  3. Carmenlou el 17 septiembre 2012 a las 01:15

    “Ese manso animal que ronronea cuando con tu mirada lo acaricias, es el mar” JA Marina

    Hoy, domingo, 16 de septiembre, hemos pasado el día en Aguiño, apurando los posos de ese buen vino llamado verano, con la avidez de quien sabe que le quedan muchos meses para volver a disfrutar de esa anestesiante embriaguez.
    El agua estaba fríamente deliciosa y el sol, que empezó por regalarnos un calor dorado, fue transitando suavemente hacia una tibieza plateada, y terminó por esconderse tras una neblina de acero que mansamente nos invitó a partir.
    Un paréntesis de sosiego y desmemoria… con la temperatura justa para gozar de las distintas caricias de la naturaleza: el roce de la brisa, la aterciopelada textura del mar, el cosquilleo de la arena, el toqueteo atrevido del sol…
    Ya de regreso, demorando la llegada con el truco de perdernos por carreteras secundarias, no podía dejar de remedar aquel hermoso pensamiento ¡Qué buena tierra la mía! Y como una idea lleva a otra… he acabado preguntándome ¿Y yo? ¿Cómo vivo yo la idea de patria?
    La primera imagen que vino a mi mente fue la de Kío, mi perro, buscando un huequito en la arena para dormir a placer parapetado por nuestros cuerpos , seguro y confiado…y eso me ha llevado a pensar que la palabra patria no me gusta, preferiría hablar de matria, porque está tierra que me da cobijo tiene esa cualidad femenina de las madres que preparan el nido y nutren a sus crías con lo mejor de sí mismas…Luego he pensado que mi tierra tiene una hermana siamesa, la mar. Una me da firmeza bajo los pies, raíces, sentido de la realidad; la otra, esa inestabilidad fluida que empuja a dudar y aventurarse en lo desconocido.
    Nunca querré cortar el cordón umbilical a través del cual esta tierra me nutre, ni dejar de mecerme en el líquido amniótico que me brinda la mar.
    Mientras así dejaba navegar mi pensamiento, se me ocurrió escuchar un disco de Chavela Vargas, donde pone voz a poemas de FG Lorca…una belleza desgarradora. Me recordó con viveza que tengo la suerte de habitar muchas otras matrias imaginarias, que acogen sin pedir documento de identidad y en las que puedo perderme y sentirme a salvo cuando las gentes que viven de vampirizar las “patrias reales” se ponen intratables.
    Ha dado mucho de sí este domingo de septiembre…Lo cierto es que si tuviese que decidir con cual de mis matrias me quedo (espero no tener que optar), no tengo ninguna duda, el paisaje es siempre para mí un “paisaje con figuras” y mi matria, mi verdadera matria es la humanidad, esa humanidad de seres concretos y vulnerables con los que comparto un azaroso destino.
    Foto: “Ese manso animal que ronronea cuando con tu mirada lo acaricias, es el mar” JA Marina Hoy, domingo, 16 de septiembre, hemos pasado el día en Aguiño, apurando los posos de ese buen vino llamado verano, con la avidez de quien sabe que le quedan muchos meses para volver a disfrutar de esa anestesiante embriaguez. El agua estaba fríamente deliciosa y el sol, que empezó por regalarnos un calor dorado, fue transitando suavemente hacia una tibieza plateada, y terminó por esconderse tras una neblina de acero que mansamente nos invitó a partir. Un paréntesis de sosiego y desmemoria… con la temperatura justa para gozar de las distintas caricias de la naturaleza: el roce de la brisa, la aterciopelada textura del mar, el cosquilleo de la arena, el toqueteo atrevido del sol… Ya de regreso, demorando la llegada con el truco de perdernos por carreteras secundarias, no podía dejar de remedar aquel hermoso pensamiento ¡Qué buena tierra la mía! Y como una idea lleva a otra… he acabado preguntándome ¿Y yo? ¿Cómo vivo yo la idea de patria? La primera imagen que vino a mi mente fue la de Kío, mi perro, buscando un huequito en la arena para dormir a placer parapetado por nuestros cuerpos , seguro y confiado…y eso me ha llevado a pensar que la palabra patria no me gusta, preferiría hablar de matria, porque está tierra que me da cobijo tiene esa cualidad femenina de las madres que preparan el nido y nutren a sus crías con lo mejor de sí mismas…Luego he pensado que mi tierra tiene una hermana siamesa, la mar. Una me da firmeza bajo los pies, raíces, sentido de la realidad; la otra, esa inestabilidad fluida que empuja a dudar y aventurarse en lo desconocido. Nunca querré cortar el cordón umbilical a través del cual esta tierra me nutre, ni dejar de mecerme en el líquido amniótico que me brinda la mar. Mientras así dejaba navegar mi pensamiento, se me ocurrió escuchar un disco de Chavela Vargas, donde pone voz a poemas de FG Lorca…una belleza desgarradora. Me recordó con viveza que tengo la suerte de habitar muchas otras matrias imaginarias, que acogen sin pedir documento de identidad y en las que puedo perderme y sentirme a salvo cuando las gentes que viven de vampirizar las “patrias reales” se ponen intratables. Ha dado mucho de sí este domingo de septiembre…Lo cierto es que si tuviese que decidir con cual de mis matrias me quedo (espero no tener que optar), no tengo ninguna duda, el paisaje es siempre para mí un “paisaje con figuras” y mi matria, mi verdadera matria es la humanidad, esa humanidad de seres concretos y vulnerables con los que comparto un azaroso destino.



  4. Carmenlou el 17 septiembre 2012 a las 01:28

    Mil disculpas por la duplicación del ya largo mensaje anterior…Lo escribí para mis amigos del Face book que, como no podía ser menos, tienen distintas visiones y sensibilidades al respecto. Me pareció que rozaba también, tangencialmente, su artículo.