Los derechos del sospechoso – EL PAIS Andalucía
José Bergamín, el gran ensayista de la generación del 27, confesaba que le había costado toda una vida llegar a ser un viejo verde. Yo tengo más de la mitad del trabajo hecho. Noto que con la edad hay algunas escenas, ritos, cuerpos, que ponen un poco de picante a la hora de condimentar los sabores de la vida. Causa algo de vergüenza, por ejemplo, admitir que me resultan divertidos los controles de seguridad que hay ahora en los aeropuertos.
Seguir leyendo en EL PAIS Andalucía – 16 enero 2010
Bueno, me consuela saber que no soy el único, que rozando los cincuenta se siente alterado ó ruborizado ante la elegancia, la experiencia y el saber hacer de la mujer madura; su sensualidad y elegancia. Nunca me fijé en esos detalles de aeropuerto, de cinturones desabrochados o ajuste de faldas, pero a partir de ahora lo haré; para eso estamos para ayudarnos y aconsejarnos unos a otros, más cuando ya tenemos una edad donde nos pone mucho más la sensualidad y los gestos que la insinuación descarada.
Creo que Luis no ha exagerado un ápice, de lo que ocurre a diario en los aeropuertos de todo el mundo, si el fin justifica los medios en este caso lo perdono. El otro día, me dió por rastrear mi nombre en internet y llegué a una conclusión; lo comentaba a mi mujer e hija. Coincidía en nombre y apellidos con algún fugitivo, con algún narcotraficante colombiano también. Les dije, y no en broma, que cuando hagamos ese viaje a EE.UU que siempre tenemos en mente, seguramente me esposarán, no tengo la menor duda, lo cual me frena en hacer el viaje familiar soñado. Entonces tendré que justificar, que dar crédito de mi verdadera identidad: Un simple turista español en viaje de recreo.
Mi hija, que también es avispada, como Elisa, me dió la solución: «Papá, pues llévate algún libro, algú recorte de prensa donde aparece tu nombre y tu fotografía, así al menos te dejarán libre al instante…. Esta reflexión, que parece casi de ciencia ficción en un mundo libre en teoría, no es descabellada ni mucho menos. Hay que ser precavido, si no que se lo pregunten a Llamazares.
Por lo tanto Luis, te recomiendo que a partir de ahora cuando vayas a algún acto, cuando vayas de viaje en familia, etc. además de la maleta de rigor, lleves un portafolios con libros, recortes de prensa que justifiquen tu verdadera identidad, se evitarás males mayores. Te aconsejo también rastrees tu nombre por google, así ya sabes si eres un sospechoso. Tristemente creo, que el DNI, la cara de buenos, ya no nos sirve para nada; que pena.
Estas nuevas radiografías de seguridad me recuerdan las confesiones que de niño hacíamos en el colegio. Acongojados y culpables nos acercábamos al confesionario como un reo condenado y desnudábamos el alma ante un desconocido y oscuro pater que perdonaba nuestros pecados. Una vez deshogada el alma nos retirábamos silenciosos y prometíamos no volver a pecar más.
Hoy al salir del aeropuerto hacemos propósito de la enmienda para no volver a coger un avión, única y exclusivamente en expremo caso de necisidad.
Prefiero el escaner a que me cacheen, me abran la maleta, expongan mis intimidades y retiren la cinta de mi cámara solo porque mi aspecto no se corresponde con el de persona formal que no transporta bomba. Prefiero el escaner a quitarme las botas y mostrar el agujero que siempre lleva mi calcetín. Mi cuerpo es uno de tantos, mi corazón es único.
UROGRAFÍA 28-7-2009
-Desvístase,
túmbese…
necesitamos una vía
para inyectarle el contraste…
Demasiado para el cuerpo…
este cuerpo que aún conserva intacta
la piel recién salida de la poesía…
-Sentirá un calor intenso,
muy intenso…
propagándose rápidamente…
y un extraño sabor de boca…
¡Curiosa analogía…
para este cuerpo apenas emergido
de la alterótica,
la naviguética,
la novistética,
la naufragopolítica…
Extraño y sofocante ardor
extraño y fluctuante
sabor de boca.
-Respire hondo,
no respire,
respire…
esto va para rato…
Hemos de radiografiar
paso a paso
el avance del contraste
en su interior…
Qué ironía
después de llevar
“ toda una vida”
rastreando
el avance
del “contraste”
en mi interior….
Placa a placa
rebanan
mi cuerpo.
Y el cuerpo vulnerable y vulnerado
trata de escapar por las rendijas de la mente.
La mente vulnerada y vulnerable
se pregunta …
si tal vez una placa más honda,
más íntima
dará con el lugar
donde se oculta el alma…
Una mujer madura