Rota

Sólo los paisajes ofrecen una posibilidad de diálogo con el tiempo. Por eso la imaginación y la memoria fundan lugares. Necesitan entablar relaciones con el pasado y el presente. Max Aub afirmaba que uno es de donde ha hecho el bachillerato. Cursé el bachillerato en Granada, y su paisaje es para mí el testimonio definitivo del tiempo. Cuando veo cerrada la pastelería de mi infancia o paso en coche por una avenida que no existía hace dos años, comprendo que somos una conversación con la fragilidad. Todo lo sólido se deshace en el aire. La identidad es una quimera separada de las coyunturas de la historia.

Seguir leyendo en Publico.es – 3 agosto 2010