El mar
El mar es siempre una conversación interrumpida, viene y se va como las palabras pendientes. Salgo por la noche y me acerco a la orilla para terminar la discusión con las olas. La noche del mar parece que está esperando algo, un murmullo de luna, un rostro, la luz de un barco. Recuerdo la maravillosa escena de Amarcord en la que Fellini, bajo la noche marina de la Italia fascista, hace surgir la música y las luces de un crucero en el que navega el sueño de la belleza libre. También la libertad es una conversación pendiente, y por eso el mar se convirtió en una de sus metáforas privilegiadas.
Seguir leyendo en Publico.es – 28 agosto 2010