Españolizar Europa
La política del PP está triunfando en Europa. Las políticas de Sarkozy en los últimos meses suponen, entre otras cosas, un espaldarazo internacional al prestigio de José María Aznar. Es hora de olvidar viejas maniobras ridículas, como aquella famosa contratación de un lobby de abogados en Washington, aquellos dos millones de dólares invertidos en conseguir que se le concediese la medalla del Congreso de Estados Unidos. La reputación de Aznar no es ya el sueño mendicante de un heredero del Cid, sino una realidad activa que da ejemplo y abre camino.
Seguir leyendo en Publico.es – 19 septiembre 2010
Creo que al Sr. Aznar, se le da más poder e influencia de la que realmente tiene; me recuerda al cuento de «Que viene el lobo», es más el ruido que las nueces, como en el caso de la poesía actual, mucho ruido y pocas nueces.
Mucho ruído, por la cantidad de premios, la cantidad de ganadores, de estómagos agradecidos que reciben y pagan favores(No lo digo yo, lo contaba con datos esta semana el portal «crítica y contracrítica poética», pocas nueces porque la épica de la poesía: Compromiso, solidaridad y estética pasó a mejor vida hace ya mucho, como el Sr. Arnar, lo mismo.
La poesía, como los ideales, se demuestra andando, se demuestra con hechos, no con lindas y abstractas palabras, manchándose las manos de mierda, de esputos y miradas medio apagadas; no a golpe de recital ó columna, sí a pie de obra, empapándote de la miseria, la grandeza y el dolor del semejante.
Hace años, regentaba un negocio, una pequeña librería-papelería en el centro histórico de Valencia. Había ganado las elecciones por segunda vez el Sr. Aznar, el mismo que repitió hasta la saciedad que iba a quitar el IAE al pequeño comercio. El IAE me llegó ese año, al otro tambien. Unas obras integrales de la calle, me impidieron ganarme el sudor durante casi un año; intenté que al menos me quitaran el IAE, ese que el presidente había prometido quitar en campaña. Ni caso. Harto de no poder comer, de pagar impuestos cuando mi negocia tenía que estar cerrado, me fuí al Ayuntamiento, exigiendo una solución; tras mucho rogar, me atendió la secretaria personal de la señora alcaldesa; quien de parte de ella me dijo, que en la Casa de la Caridad, no me faltaría ni para mí ni mi familia un plato de caliente…
Me sentí humillado, ultrajado y solo, más solo que la una. Con la ayuda de un joven abogado, idealista y honrado, interpuse una denuncia por lo penal contra el presidente del gobierno, por incumplir una promesa electoral, por estafar a los españoles. Lejos de su archivo, la remitió al tribunal supremo. A partir de ese momento, una bola de columnas, de reportajes y de charlas de taberna, hicieron que finalmente el gobierno quitara para siempre ese impuesto al pequeño comercio.
Creo que fué Fernando Delgado, no recuerdo muy bien, quien tituló su columna semanal en prensa «David gana a Goliat».
Desgraciadamente, los hechos aislados, son lo que a veces marcan las actuaciones que no marcan quien debieran hacerlo, sindicatos y demás agentes sociales.
Hay un verso de Gabriel Celaya, que debiera ser el catecismo para los poetas, dice mas o menos así: «La poesía son gritos en el cielo y en la tierra son actos». Políticos de boquilla, sindicatos de boquilla, poetas de boquilla… estamos solos, más solos que la una.