Basta con no mentir
Parece que los tiempos de crisis exigen grandes recetas, soluciones claras y tajantes para los problemas de la sociedad. El orgullo político, económico e intelectual nos invita a pensar que en algún sitio hay un libro con el resultado de los jeroglíficos. Dispuestos a representar un saber completo, se nos olvida la sinceridad de reconocer el estado precario de nuestro pensamiento. Provoca pudor el dogmatismo científico con el que los mismos expertos y las mismas instituciones económicas que fueron incapaces de diagnosticar la crisis imponen ahora medidas incontestables para salir de ella. Causa tristeza ver a los políticos, que deberían tener como primera responsabilidad de su oficio la defensa de la política, participar de manera suicida y vanidosa en la ceremonia de su liquidación.
Seguir leyendo en Publico.es – 3 octubre 2010
Realmente un lujo la nota, para pensar, meditar y luchar por la «verdad!!!»