Hablemos todos de democracia
El discurso pronunciado por Mario Vargas Llosa con motivo del Premio Nobel, “Elogio de la lectura y la ficción”, ha suscitado muchos comentarios polémicos. Confieso que, como ciudadano de izquierdas, me preocupan menos las ideas de Mario Vargas Llosa que el sentido de algunos de estos comentarios. El escritor actuó como un personaje de sus memorables relatos de Los Jefes. Obsesionado por la pasión del duelo, se dejó llevar a los extremos de sus viejas rivalidades. Entre los recuerdos familiares y literarios del discurso, irrumpió su carácter de intelectual comprometido. El compromiso no es patrimonio de la izquierda y las ideas políticas neoliberales de Vargas Llosa son muy conocidas. No hay que sorprenderse.
Seguir leyendo en Publico.es – 12 diciembre 2010