La anorexia democrática

Isabelle Caro, la modelo francesa que fotografió Oliverio Toscani para representar la imagen descarnada de la anorexia, murió en diciembre del año pasado. Su cuerpo, seducido un día por la ilusión de la belleza y la espuma de las pasarelas, acabó contagiando un dolor esquelético, muy parecido al de las víctimas consumidas por el hambre en los campos de concentración nazis. El ideal de los cuerpos perfectos desembocó en una durísima estampa de la muerte.

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1 Comments

  1. Maria Alvarez el 11 mayo 2011 a las 17:45

    No me cabe la menor duda que usted, Sr. García Montero es un escritor amigo de las metáforas y los juegos fáciles de palabras pero, como anoréxica desde los quince años (más de la mitad de mi vida), siento decirle que no tiene ni idéa de lo que habla.

    No puede escribir : «La cultura suele convertir a las enfermedades en metáforas del estado de la sociedad. Las primeras contradicciones del sujeto moderno, obligado a interiorizar el fracaso de las promesas ilustradas, llenaron la literatura romántica de héroes afectados por la tuberculosis». ¡Por favor, Sr. Montero!, la tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por diversas especies del género Mycobacterium, todas ellas pertenecientes al Complejo Mycobacterium tuberculosis. ¿Quiere hacernos creer que la obligatoriedad de interiorizar el fracaso de las promesas ilustradas es uno de los orígenes de la tuberculosis?. ¿O bien es una metáfora ?; si es así, es un tanto rebuscada y absolutamente ficticia.

    Luego afirma, sin ningún sonrojo, » De ahí que los cuerpos devorados sean también la metáfora de una modernidad que está agotando su propia razón de ser. Pero, más que la tuberculosis, es ya la anorexia la que reclama un poder metafórico. Si en nombre de su cuerpo, Isabelle Caro se convirtió en un cadáver viviente, en nombre de la democracia estamos llegando a unos límites de desnutrición ética y legal muy alarmantes «.
    Es libre de inventar, idear las metáforas que usted desee, pero le puedo asegurar que la anorexia, por muy vinculada que esté a la desnutrición de la persona que la padece no puede ser usada como ejemplo del grado de deshumanización social a la que estamos llegando.

    Antes de escribir, por favor, documéntese. Cualquier día escribirá, por ejemplo, «sociedad autista» y como madre de una niña con autismo, le puedo asegurar que maldita la gracia que va a hacerme.

    Lo siento, el título de su artículo » La anorexia democrática » me molesta e indigna. No tiene ni idéa de lo qué es esa enfermedad y viendo su fotografía o sabiendo con quién está usted casado, puedo asegurar al cien por cien, que desconoce en absoluto lo que significa pesar 37 kilos y mirarse al espejo y ver reflejado en el él a un monstruo. Hable de lo que sepa, por favor.