Meditación sobre la violencia – Publico.es
Va a haber sangre, gritó ayer en el parlamento gallego una víctima de esa estafa bancaria que conocemos como inversión en participaciones preferentes. Lo he leído en este periódico. Y otra víctima recordó de forma amenazadora que acababan de apuñalar al director de una sucursal de las Rías Baixas. La violencia está ahí, ronda por la indignación de la gente, por las conversaciones políticas y por los comentarios de Internet.
Seguir leyendo en Publico.es – 20 diciembre 2012
Estamos cocinando a pasos agigantados el caldo de la deriva “visceroviolenta” y lo más grave es que eso nos arrastra hacia un punto ciego y una visión de túnel que nos impide ver “el cuadro completo”. A veces necesito que releer aquel viejo poema, no demasiado bueno, pero clarificador, con que nos solíamos purgar en nuestros primeros encuentros de educadores por la paz.
La creación de un enemigo
Para crear un enemigo toma un lienzo en blanco
y esboza sobre él las figuras de hombres, mujeres y niños.
Dibuja en el rostro de tu enemigo la envidia, el odio, la crueldad
que no te atreves a admitir como propias.
Ensombrece todo asomo de simpatía en sus rostros.
Deforma su sonrisa
hasta que parezca el aspecto tenebroso de una mueca de crueldad.
Arranca la piel de sus huesos
hasta que asome el esqueleto inerte de la muerte.
Exagera cada rasgo
hasta transformar a cada ser humano
en una bestia, una alimaña, un insecto.
Llena el fondo del cuadro
con todos los demonios y figuras malignas
que alimentan nuestras pesadillas ancestrales.
Cuando hayas acabado el retrato de tu enemigo
podrás matarlo y descuartizarlo
sin sentir vergüenza ni culpa alguna.
Porque entonces lo que destruirás
se habrá convertido en un enemigo de Dios
o en un obstáculo para la sagrada dialéctica de la historia.
Sam Keen