Bienvenido Mister Final de la Crisis – Publico.es

Los brotes verdes se han convertido en el argumento estrella de la publicidad oficial. Los discursos políticos de nuestras autoridades son calendarios diseñados para anunciar la primavera. España es un gran árbol seco de la raíz a la copa, pero los ojos paternales del poder intuyen que en cualquier momento van a estallar las hojas del empleo, el consumo y el crédito. Ya se ve la salida de túnel, la luz esta ahí, pronto volverá a levantarse el trigo.

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2 Comments

  1. Carmenlou el 27 junio 2013 a las 23:03

    Un artículo redondo preñado de metáforas ágiles y clarificadoras. Creo que ya quedan pocas personas con la ingenuidad de creerse la llegada benefactora de ningún «Mister», no obstante algo podemos y queremos hacer. En mi comunidad educativa lo hemos resumido de esta manera en la editorial de nuestra revista:
    LOS DERECHOS HUMANOS CAMINAN TORCIDOS
    Los derechos humanos no caminan derechos.
    Utópicamente hablando, los derechos humanos existen
    en las páginas del libro de Derechos Humanos,
    pero fuera del libro,
    Los Derechos Humanos caminan torcidos.
    Manuel Pacheco
    Un año más toca repensar lo que dio de sí este curso 2012-2013. Ciertamente, no es para felicitarnos si lo miramos a nivel social, político y económico.
    Cada día nos levantamos con el alma en vilo, a la espera de lo que nos deparará la suerte; de la nueva sorpresa que amanecerá con la taza del desayuno para hacernos conscientes de cómo encogen paulatina e progresivamente nuestros derechos.
    Hace años tuvimos el privilegio de escuchar una inolvidable conferencia de Saramago, en el “Pazo da Cultura” de Pontevedra. Llevaba por título “Tocan a muerte por el Derecho”. Todavía no había comenzado esta crisis cancerígena que va devorando el precario y tardío estado del bienestar social que con tanto esfuerzo nos hemos dado; pero ese título fue premonitorio y las palabras de Saramago tan acertadas, que aún hoy resuenan en nuestras cabezas con las vibraciones desasosegantes de aquellas campanas.
    Mas, ¿qué hacer? ¿Cómo enfrentar desde la educación esta oleada de ruina y ruindad que nos revuelca y amenaza con ahogarnos? Las respuestas fáciles no sirven. Es preciso analizar los tres mecanismos instintivos ante el peligro: lucha- huye – hazte el muerto.
    Hacerse el muerto, “cerrar los ojos”, ante lo que ocurre, es una temeridad que nos arriesga a ser llevados por la corriente como las hojas muertas del último otoño. Cuando nos demos cuenta, estaremos indefensos en el mar infinito de una multitud solitaria e insolidaria.
    El miedo es la estrategia de la que se valen algunos “aprendices de depredador” para inducir la “indefensión aprendida”, que nos lleva a aceptar mansamente medidas que en otro tiempo ni se atreverían a mencionar.
    Como el ratón que deja de moverse y acepta dócilmente la inanición y la muerte, cuando comprueba que vaya donde vaya, en el recinto que le está asignado, recibe descargas eléctricas. La idea es inocular la creencia de que hagas lo que hagas, nada va a cambiar, así que no pierdas el tiempo: desiste, no te muevas… o huye.
    Pero nosotros no queremos huir, ni mirar para otro lado, así que no queda otra que luchar.
    La pregunta es cómo hacerlo sin caer en las trampas de la violencia, las medias verdades, la manipulación de los medios, los líderes oportunistas ,o los fatalismos… sembrados, alimentados y cultivados con el fin de paralizarnos.
    Educar en la resistencia a la frustración; en el conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades; alimentar la estima y el respeto por las personas que nos rodean; apostar por la cohesión de los grupos en que desenvolvemos diariamente nuestras vidas; ejercer el pensamiento crítico para emitir juicios y tomar decisiones con criterios objetivos y pruebas contrastadas; promover procesos creativos que nos permitan alcanzar más y mejores soluciones a los problemas con que nos retan las circunstancias. Y sobre todo, cultivar la empatía para ponernos en el lugar de los que lo están pasando peor, imaginando como nos gustaría ser tratados de estar en su caso.
    En definitiva, cuidarnos y cuidar a las personas próximas y a las que no lo están tanto, al patrimonio natural y cultural que hemos recibido… por todo eso, merece la pena educarnos educando; por eso, esta comunidad del IES Illa de Arousa se mueve cada día y, en este año de “derechos que caminan torcidos”, se empeñó en llevar adelante un Proyecto de Centro sobre los Derechos Humanos, promovido desde la Biblioteca y secundado por todas las personas que la componemos.
    La mejor herramienta que podemos ofrecer es una educación de calidad que nos haga conscientes de nuestros derechos y firmes defensores de su vigencia. Se lo debemos a las generaciones pasadas que lucharon por ellos, a costa, muchas veces, de sudor y sangre; se lo debemos a las generaciones futuras que tendrán que soportar las consecuencias de nuestros aciertos y errores; y, por supuesto, nos lo debemos a nosotros mismos, por necesidad de supervivencia, justicia y dignidad.



  2. Luis García Montero el 28 junio 2013 a las 10:31

    Un abrazo. Magníficas reflexiones.
    Luis