Dimisiones y juicios

Como ciudadano, yo quiero dimisiones, no sólo juicios. Pero la política española está en los tribunales. Sea por un camino o por otro, el ejercicio de la autoridad pública acaba en manos de un juez. Por una parte, así lo impone la corrupción, el delito que debe ser perseguido; por otra, y con mucha frecuencia en España, está la costumbre de judicializar el debate político, desplazar con más o menos razón el conflicto de las ideas a los órganos judiciales. Como además esto sucede en un país que ha gremializado la Justicia en la rutina del clientelismo bipartidista, la consecuencia última es el empobrecimiento grave de la política, la manipulación de la soberanía popular.

Seguir leyendo en Publico.es – 11 julio 2013