El mundo no es previsible

Oigo Con derecho a…, el disco de María Rozalén. Siento la alegría de la sorpresa y la creación. Siento que el mundo no es previsible.

Después del gran fracaso de los sacerdotes de la economía, se ha vuelto a poner de moda la convicción de la ignorancia. Sólo sabemos que no sabemos nada. Da gusto repetirlo para explicar una crisis que se agrava, unas medidas que no sirven, unos diagnósticos equivocados y un futuro incierto pese a la solemnidad y la prepotencia de los tecnócratas. Todas las profecías que se apoderan de los debates salen mal, todo empeora, de poco sirve el consejo de los expertos.

Seguir leyendo en infoLibre – 14 julio 2013