Enrique Morente – InfoLibre.es

El 13 de diciembre se cumplen 3 años de la muerte de Enrique Morente en la Clínica de la Luz de Madrid. Oigo sus discos para recordar al amigo y voy del Homenaje a Antonio Chacón, por el que recibió en 1978 el Premio Nacional al mejor disco de música folclórica, hasta Omega, la maravillosa aventura que protagonizó con Lagartija Nick para cantar los poemas de Federico García Lorca. La versión del Pequeño vals vienés de Poeta en Nueva York es una de las canciones que más me han conmovido nunca. Consigue acompañar mis peores soledades.

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1 Comment

  1. Abelardo Martínez el 11 diciembre 2013 a las 17:03

    Estimado Luis, hace muy pocos días estuve en un pueblo de la provincia de Jaén, con poco más de doscientos habitantes, donde vive mi tía Carmen Lorca, junto a su esposo y sus dos hijos.

    Natural de Pinos Puente (Granada), el pueblo de mis padres. Cuando voy por motivos personales o culturales por Baeza, mi tierra natal, me paso a verlos, pues viven como digo en un pueblecito a pocos kilómetros de Baeza. Los descubrí hace dos años casualmente y me habló de mis padres, de su infancia juntos y las correrías juntos por los campos de Asquerosa (Valderrubio), Fuentevaqueros, Pinos Puente, Caparacena.

    Descendiente directa de Vicenta Lorca, madre de Federico tiene un hijo, mi primo que además de poeta es cantautor, lo que me hace pensar que los genes corren por la sangre, pues ni nos conocíamos ni nos habíamos tratado nunca y los dos éramos poetas. Este primo, es la viva imagen de Federico, más que su apellido le delata su rostro.

    Cuando uno se hace eco de la infancia de estas personas, ya mayores por aquellos campos de Granada, cuando uno los mira cara a cara sabiendo que llevan tu misma sangre, empiezas a comprender las letras de Lorca en la voz de uno de los grandes maestros como es Morente. Mi padre, primo hermano de Carmen Lorca, nunca me habló de las raíces de su prima, sí que lo hizo mi madre cuando vivía, pero lo más que llegué a saber es que vivían en un pequeño pueblo de Jaén.

    Ese pequeño pueblo, es Puente del Obispo, mi pueblo. Hace muy pocos días los visité, les regalé un par de mis cuadros, que rápidamente los colocó en el lugar más privilegiado de su modesto salón. A nadie le cuentan sus raíces, con nadie comentan su parentesco directo con Federico, pero cuando estás con ellos, les miras a los ojos mientras comes, ó les das el beso de despedida cuando te vas, oyes en tu interior la canción de Cohen ó los cantes jondos de cantantes como Morente que se inspiraron en Lorca, en aquel poeta del pueblo y en aquellas gentes modestas como mi tía que son viva poesía.

    Esta anécdota, la he contado porque los que escribimos poesía no siempre lo hacemos como una forma erudita de expresar la plástica, si no porque lo hacemos sin saber porqué, desde niño y siendo como en mi caso motivo de mofa para mis compañeros de cole que preferían darle patadas al balón. Los genes circulan por la sangre y cada vez tengo más claro que los del cante y los de la poesía se transmiten como la peor de las enfermedades infecciosas, haciendo que lo sufras ó lo goces crónicamente durante toda tu vida, para lo bueno y lo malo.

    Un fuerte abrazo, poeta, compañero.