La justicia sin yugos ni coronas – Publico. es
La justicia se ha convertido en uno de los síntomas más claros de las debilidades de la democracia española. Los nombramientos del Poder Judicial, las actitudes de la fiscalía en casos muy significativos y la indignación que promueven ciertos indultos y algunas sentencias, apuntan a una enfermedad crónica. Los intereses del poder obstaculizan la objetividad y la libertad en la aplicación de las leyes.
Seguir leyendo en Publico.es – 9 enero 2014
Es preciso recordar que la participación de los partidos en los nombramientos de parte de los órganos de gobierno del poder judicial es una pieza clave del sometimiento de este poder a la soberanía popular, porque es cierto.
El problema, como siempre, radica en la dificultad que tenemos de entender que la propuesta por un partido no supone sumisión a sus postulados o intereses, y no es un problema nuestro, sino de quienes así son nombrados.
Precisamos un empoderamiento de todos y cada uno de los servidores públicos, a los que debería amparar el ejercicio objetivo de sus funciones.
El juez Castro es un buen ejemplo de independencia, lástima que al final encontrarán una doctrina «ad hoc» para dejarlo todo en agua de borrajas.