La verdad

Caminaba por la calle Fuencarral. Acababa de salir de un acto sobre Europa, o sobre la realidad europea, o sobre los peligros del sentimiento antieuropeo, o sobre las mentiras del mundo que hemos creado. Muchas de las palabras oídas me habían parecido también mentirosas. De pronto me encontré con unos músicos callejeros, tres violines y un violonchelo, que estaban tocando a Beethoven. Me asaltó un repentino y agudo sentimiento de verdad.

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