La fosa de Federico García Lorca

Duele la perversión mediática de una causa noble. Me produce una tristeza íntima la deriva que ha tomado la búsqueda de los restos de Federico García Lorca. Duele la perversión mediática de una causa noble.

Como es difícil para mí explicar este sentimiento, recurro a un caso de actualidad: la tristeza sentida al ver cómo el marido de Teresa Romero, la enfermera contagiada de ébola, convirtió la enfermedad de su mujer y el sacrificio de su perro en un caso mediático para sacar dinero con procedimientos propios de la telebasura. La solidaridad con Teresa Romero y el enojo contra la prepotencia del consejero de Sanidad fueron la consecuencia de toda una historia de dignidad. La lucha de la Marea Blanca contra el desmantelamiento de la sanidad pública de Madrid ha estado protagonizada por cientos de profesionales con vocación muy alta de servicio a la comunidad. Que el matrimonio afectado mercantilice el asunto es una falta de respeto a las víctimas del ébola, a los misioneros muertos y a la sanidad española. La telebasura nos está convirtiendo en una sociedad demasiado zafia

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1 Comments

  1. BK el 3 diciembre 2014 a las 22:46

    A la gente no le gusta la realidad. Es como si constantemente se estuviera luchando contra ella. Alguien escribe un cuento sobre la posibilidad de que Federico García Lorca escapara de sus asesinos y de inmediato hay programas de TV que lo consideran una teoría factible. Lo malo es que existen personas que confían más en esas teorías fantasiosas sin fundamentos que en las evidencias.

    Esperemos que si encuentran los restos de Lorca y hacen un parque, como quiere la familia, no ocurra como con la placa conmemorativa del fusilamiento de los republicanos en la tapia del cementerio de Granada.