Elegía por un café
Las sociedades democráticas cultivan también el derecho a la melancolía.
La señora Muerte ha cerrado las puertas del café Comercial. La ciudad de Madrid debería estar de luto, pero Madrid es al fin y al cabo una ciudad, un cuerpo vivo, tornadizo, dispuesto a adaptarse, a seguir las modas y a olvidar. Las ciudades van mucho más de prisa que sus habitantes, es su condición: nos hacen a su modo, luego cambian, se deshacen para hacerse de nuevo y nos dejan desamparados
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