Los cuidados
En política deja de ser respetable muy rápido aquello que no tiene que ver con el amor.
El viernes pasado, a las ocho de la tarde, caí en el foso de un teatro. En un segundo cambia todo, uno se ve dominado por el vértigo y por una sucesión de acontecimientos que ya no puede controlar. En la caída no se pierde la conciencia, pero cualquier idea o cualquier sensación desembocan en la espera de un final. A ver cómo acaba esto. En la meditación de la convalecencia, los episodios pueden ordenarse. Al hacer inventario uno recuerda el golpe que fracturó la rodilla izquierda y el que dañó el hombro derecho. Uno recuerda también la sensación de la propia debilidad, la conciencia de pasar a depender de los demás.
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Buenas tardes, antes que nada Luis, te deseo una pronta y buena recuperación, las fracturas suelen ser muy dolorosas y exigen un tiempo largo de convalecencia y rehabilitación, aunque con ese zumo de limón y ese cariño de familia y amigos todo es más llevadero, verdad?
Estamos en este planeta solos y sólo nos tenemos los unos a los otros, por qué entonces se nos olvida…?
A mí tú artículo me parece dedicado, sobre todo con una llamada de atención, a los que están solos, son frágiles no tienen ni quien les cuide y que tampoco les importan a nadie.
Un fuerte abrazo.
Sí, amigo, los cuidados son una respuesta humana al desamparo