Adán y Eva refugiados

En el Campo de Refugiados ha empezado a llover. Por detrás de las alambradas se oye a los perros ladrar en los camiones. Los soldados turcos dejan las marcas de sus huellas en la tierra húmeda.

La lluvia que suaviza el calor trae también el barro. Las nubes parecen detenidas, no pueden seguir adelante, no van a llegar a Europa, se deshacen sobre el Campo de Refugiados.

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