Todos somos Ana Julia Quezada
La indignación que ha provocado el asesinato de un niño nos hace sentir y pensar en la sociedad que formamos y en la condición humana.
La preocupación por la suerte de Gabriel y la compasión por el dolor de su padre y de su madre son naturales. Por fortuna, se trata de eso: de lo natural. Los seres humanos tenemos imaginación y somos capaces de ponernos en el lugar del otro. Los seres humanos tenemos bondad y nos sentimos inclinados a la solidaridad. En la articulación de los individuos y la sociedad, es importante la formación de un nosotros. Quizá eltodos sea un exceso, porque en la configuración del nosotros conviene saber qué entra y qué es mejor dejar fuera. Hay algún todos descabellado que no invita a integrarse, sino a quedarse fuera, a vivir en las afueras.
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