Patria de cada día
Cuando se fue de casa para vivir con su novia, mi hijo mayor nos dejó una bicicleta estática. Ha estado olvidada durante mucho tiempo como una cabra silenciosa y doméstica en el cuarto de otra hija que también se nos ha ido de casa. Colocada ahora frente a la ventana, la bicicleta me sirve para hacer un poco de ejercicio en estos meses de confinamiento. Me gustaría guardarle lealtad cuando regrese la vida normal con sus reuniones de trabajo, sus aeropuertos y sus costumbres callejeras.
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