Y Dios se liberó por fin de los obispos
Poco después de estrenar Celia en los infiernos, con 60 años a las espaldas y una larguísima andadura literaria, Benito Pérez Galdós confesó uno de los ejes de su literatura: la cuestión religiosa. “Lo concerniente al puro ideal religioso–escribe-, es digno del mayor respeto; por lo que atañe al clericalismo, que es un partido político inspirado en brutales egoísmos y en el ansia de dominación sobre las conciencias y aún más sobre los estómagos, no podemos menos de manifestar todos nuestros odios con tan ruin secta”.
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