La perversión de las buenas causas

Al hablar de la relación de los intelectuales con la política, Antonio Machado defendió siempre el compromiso ético con las palabras y las realidades de la sociedad. Fue un escéptico con creencias y esperanzas. Por eso cada una de sus apuestas iba acompañada de algunas precauciones. A través de su personaje Juan de Mairena, nos dio un “Consejo que olvidó Maquiavelo: procura que tu enemigo nunca tenga razón”.

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