¡Escándalo!

Llegó a Madrid y lo dejaron que ordenase su despacho y que cambiase las fotografías del escritorio. Feliz con la nueva responsabilidad, acomodado en el sillón, se puso a hablar, mezclando en los labios las sonrisas y las palabras. Al terminar la explicación de sus planes, uno de los asesores preguntó: ¿a ti te gusta Raphael? Sí, bueno, claro, respondió, aunque confieso que me gusta más Julio Iglesias, y empezó a cantar en voz baja La vida sigue igual. Pocos amigos que son de verdad…

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