Los préstamos

La memoria vive de préstamos y los mejores pensamientos, de buenas citas. Con frecuencia recuerdo a Vidas y Raquel, los dos judíos que el Cid estafó antes de salir al destierro, acusado por el rey de quedarse con lo que no debía. En aquellos tiempos el bien y el mal eran una plusvalía de la religión verdadera, así que estafar al otro se consideraba una obra de santidad cuando se trataba de un malnacido en otra raza y otra religión. Como ya sabía que para recibir 600 marcos debía ofrecer algo a cambio, el Campeador llenó de arena dos grandes …

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