Los libros

Primero fue mi padre, leyendo con voz sentida Las mil mejores poesías de la lengua castellana. Tuve que salir al mundo para corresponder, porque el mundo se había metido dentro de mí por culpa de un pirata que cantaba su rebeldía con diez cañones por borda, un caballero desilusionado que volvía a descubrir el amor en un tren expreso y una mujer traicionada que conseguía verdad, justicia y reparación gracias al juramento de un dios crucificado. Después empecé a pasear por la biblioteca de la casa, un lugar sagrado, el salón de las visitas, en el que los niños no debíamos entrar por …

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