El Mal

Confieso que tengo esperanza en la sociedad española. Es un requisito fundamental. Cuando el mal estaba encarnado en el demonio religioso, uno podía encontrar acomodo en la esperanza de un paraíso. Pero si no tenemos fe en las cosas divinas y nos falta una legión de ángeles buenos, resulta necesario confiar en las personas de nuestro alrededor

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