Un mendiga
Cuando no se tiene prisa, caminar por la calle se parece a una conversación con uno mismo. La vida se pone charlatana en las aceras del barrio o al seguir una ruta diaria, camino del colegio de una hija, un bar preferido o el puesto de trabajo. Los comercios se abren y se cierran, aparecen y desaparecen, son un tejido urbano que cosen y descosen los hilos del tiempo. Y la gente forma parte del paisaje…
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