Yo soy de Pedro

Vivimos un tiempo de rabia y de malos sueños. Las dinámicas de la crispación política y los espasmos comunicativos invitan a sustituir la convivencia por afirmaciones agresivas y respuestas hostiles. Cuando los adversarios dejan de ser personas que albergan sus propias razones para convertirse en enemigos, el otro sólo puede ocupar el sitio de las amenazas…

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