Yo era un tonto
La política española y el comportamiento de nuestros políticos se basa en un principio fundamental: los ciudadanos son tontos. Los representantes públicos fabrican explicaciones de sus actos con el convencimiento de que los españoles son tontos, las españolas son tontas y la infancia en España no es más que un periodo de inocencia natural llamada a perpetuarse en forma de solemne tontería.
Seguir leyendo en Público: