Se llama 1 de mayo
La tragicomedia que hemos vivido estos días en Madrid es una explicación sencilla de lo que está ocurriendo en España y en el mundo. Unos cuantos individuos, que ponen en duda la eficacia de lo público en sus programas de gobierno y que exigen sacrificios graves a los trabajadores, se aprovechan con una eficacia mafiosa de los bienes del Estado para acumular grandes sumas de dinero. Esta operación, que empobrece a las mayorías para concentrar la riqueza en unas cuantas manos, se puede hacer de forma legal o de un modo delictivo. Son las dos caras del hampa neoliberal.
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