Fronteras como campos de exterminio
La libertad es una cuestión de límites. La historia nos ha enseñado que la avaricia, la crueldad, la intolerancia y la ambición no tienen límites. Por eso mismo la libertad, esa energía individual y social que sostiene la convivencia democrática, ha aprendido la importancia de los límites, la necesidad de normalizarse a través de las leyes.
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