La sensatez como firmeza democrática
Vuelvo a cagarme por última vez en todos vuestros muertos, / en este mismo instante en que las armaduras se desploman en la casa del rey. Son dos versos de la «Elegía cívica” de Rafael Alberti, firmada en 1930.
No valía la pena de ir poco a poco olvidando la realidad para que ahora fuese a recordarla, y ante qué gentes. La detesto como detesto todo lo que a ella pertenece: mis amigos, mi familia, mi país. Es una de las confesiones que Luis Cernuda envió a Gerardo Diego para su antología de Poesía española de 1934.
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