La inmoralidad – CanalSurWeb

– Los obispos nos tienen acostumbrados a echarse al monte, así que cuando se echan al cerro dan un signo de debilidad. Poco a poco, poco a poco…

Mi hija Elisa pregunta sobre la misa convocada por el cardenal Rouco Varela en la explanada del Cerro de los Ángeles para renovar la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús. Los obispos quieren adoptar una posición dura contra la reforma legal del aborto y piden a los diputados católicos que voten en contra.

Más que el aborto, a Elisa le importa la discusión abierta sobre la capacidad de decisión, sin conocimiento paterno, de las chicas de 16 años. Poco a poco, como la sociedad española, va acercándose a la mayoría de edad, y le interesa aclarar las fronteras de sus responsabilidades al margen de los obispos. Quiere hablar en serio, y no le hace gracia el chiste malo del monte y el cerro.

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1 Comments

  1. Abelardo Martínez el 8 julio 2009 a las 17:12

    Cierto librero amigo mío, que en su día fue fraile, misionero y ecónomo de no se que congregación religiosa, me dijo este Martes mientras almorzábamos… «Abelardo, yo me tuve que salir de aquello, no podía aguantarlo, me fuí a las misiones por ayudar al prójimo y lo única que hacia era comulgar, almorzar y alternar con militares, curia y demás gente de malvivir… desayunaba langosta casi todas las mañanas… no podía aguantar esa vida… iba en contra de mi conciencia cristiana». Ya en los postres me confió que siempre debía cuidarse muy bien la retagurdia por las noches… pues los abusos, a veces a traición era pan de cada día.
    Yo tambien le conté que a veces cuando deseaba versarme en literatura contemporánea, verbos nuevos, adjetivos dispares y demás gramática, sintonizaba a veces la COPE para versarme y evengilizarme un poco por el mismo precio.
    Lo que digan los obispos y sus secuaces; lo que piensen esos empresarios de langosta y sotana sobre el aborto a los 16 o cualquier tema, es algo que resbala y no me preocupa lo más mínimo; alla cada cual con su conciencia, sus libertades o sus credos, allá cada cual.