La dignidad laboral y la reforma de la política
«A mi trabajo acudo, con mi dinero pago…», escribió Antonio Machado en su Retrato, orgulloso de ganarse la vida como profesor de Instituto. Pagaba su traje, su pan y su vivienda. En estos versos late una convicción ética de primera magnitud: el buen trabajo es la raíz profunda no sólo de la realización personal, sino del compromiso con la vida en común.
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