Dorados
Don Quijote se escapa de sus libros, sale a la calle, entra donde no le esperan y se pone a hablar de sus cosas, que siguen siendo las nuestras. Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío…
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