Día de calma

Quien no quiso caer en la mentira, no sea injusto desde la verdad. Repítelo. Es un día de calma. Así comienza un poema de mi libro Las flores del frío. Lo escribí acostumbrado por la vida y por el siglo XX a un diálogo con las ilusiones. No sólo existe el peligro de la derrota sino también la amenazadora perversión de los éxitos. Mientras voy cumpliendo años y la vida se convierte en un aventurado ejercicio de resistencia…

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